Medio pan y un libro - El blog de VERBALINA
viernes, 9 de diciembre de 2011

A continuación transcribimos el discurso de Federico García Lorca en la inauguración de la Biblioteca de Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931.
¿Qué opinas sobre este discurso? ¿Estás de acuerdo con la opinión del poeta? ¿Crees que estas ideas están vigentes hoy en día o son cosas del pasado? ¡Abramos el debate! Deja tu comentario más abajo.


Medio pan y un libro

Discurso de Federico García Lorca al pueblo de Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931:

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.
Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz".  


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6 comentarios:

  1. Preciosas palabras, creo que encajan perfectamente en el presente, salvo que si Federico pudiera ver la cantidad de bibliotecas y libros qué están ahora a nuestra disposición se sentiría más feliz todavía. Lo que le apenaría es comprobar la cantidad de gente que hay qué no lee jamás,ver tantas personas que sustituyen algunos "programas" de televisión por un buen libro.
    Por mi parte estoy completamente de acuerdo con su mensaje, puedo pasar sin comer pero ni un día sin leer.
    Isabel Mata.

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  2. Comentario dejado en Facebook por la Biblioteca Pública Jorge Ibargüengoitia:

    Gran y hermoso discurso. Sencillo, breve, pero pleno de verdad, de poderosas razones, de nobleza, de amor por el libro y la cultura. Dicho seguramente ante gente humilde, pobre, necesitada además de alimento espiritual; ante sus vecinos y amigos, que lejos estaban de saber de la estatura y genio de su poeta, pero que algo habrán entendido y se habrán conmovido. Sin duda son palabras vigentes. Importa el pan, importa el dinero. Solo que no es lo único que importa, ni es lo más importante a fin de cuentas.
    Gracias por difundir y compartir.
    Nos dejan pensativos y con entusiasmo y compromiso nuevos.
    Un abrazo.

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  3. Comentario dejado en Facebook por Olaya Mac-Clure:

    Las letras son al alma como luz inacabable en el espíritu. Primero fue el verbo y el verbo era Dios, un Dios Infinito, un Dios de Amor por su pueblo en busca de una justicia real y nunca caprichosa de esta Tierra. La lectura de obras de excelencia nos muestra una parte del rostro de Amor de ese Ser Infinito pero,¡cuidado! no nos engañemos sin discernir el mal del bien.

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  4. Comentario dejado en Facebook por Antonio Fernández Rincón:

    Poco que añadir a este gran discurso. Y para una pequeña muestra, el barrio toledano de Santa Bárbara, cuando allá por el final de la dictadura, cuando su población vivia en unas duras condiciones, los vecinos se reunion para comenzar con las primeras semanas de cultura popular, diciendo uno de aquellos lemas "la primera conquista del pueblo es la cultura". Sin duda, la cultura, que no es otra cosa que información, es el primer paso hacia la libertad.

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  5. Comentario dejado en Facebook por Semiótica Para Desayunar:

    Y es que a veces un trozo de pan es tan importante como un libro! Exquisito discurso.

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  6. Comentario dejado en Facebook por Maria Rosa Báez Rodriguez:

    Precioso discurso, no lo conocía, me quedo con : «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!».

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