Aquí os reproducimos un artículo firmado por Yolanda González Mesa y publicado en su blog "Tinta al Sol". Contadnos qué haceis para superar el bloqueo creativo y si estos trucos os han sido de utilidad. ¡Esperamos vuestros comentarios!
Para ese 10% de ocasiones en que nuestra creatividad se ha secado, y para buena parte de las situaciones que acabo de describir, existen varios trucos que podemos aplicar:
1. Usa la escritura automática.
Es uno de mis trucos favoritos, empezar a escribir palabras sin pensar en lo que escribes. Vacías la mente (aún más) y dejas que actúe. Al cabo de un rato tu cerebro, que tiene gran afición por la lógica, comienza a hilvanar pensamientos por sí solo.
En caso de que el bloqueo sea tan agudo que ni siquiera se te ocurre esa primera palabra por la que empezar, puedes acudir a las páginas de las que te hablaba en este artículo.
2. Repasa mentalmente la historia.
¿Qué querías escribir cuando empezaste? ¿Qué temas querías abordar? Muchas veces uno pierde de vista el objetivo inicial, arrastrado por la historia misma.
Frena y piensa otra vez en qué “te enamoró” de esta idea en primer lugar, y si lo que te falla es la idea inicial, piensa sobre qué te gustaría escribir de manera abstracta y escríbelo. Poco a poco irá tomando una forma más concreta.
3. No sientas escrúpulos en dejar zonas en blanco.
Si has llegado a un punto en el que no sabes cuál será la escena siguiente, no tengas reparo en dar un salto hacia adelante y continuar la historia en otro punto. Ya se te ocurrirá esa parte intermedia más adelante, o quizás descubras que en realidad se te atascaba porque era totalmente prescindible.
Y lo mismo ocurre si lo que te bloquea es la frase inicial. Empieza por el medio si hace falta, pero empieza.
Y no olvides que no todas las grandes novelas comienzan con una frase memorable.
4. Escribe otra cosa.
En mi caso me viene muy bien, si me atasco con la novela, escribir un artículo para el blog o un microrrelato, y viceversa.
Esto además no te hará sentir mal, porque no deja de ser escritura.
5. Pasea.
Cambia el escenario, toma aire fresco e intenta relajarte un rato.
Sirve lo mismo un baño de espuma o una pequeña siesta.
6. Cambia de actividad.
Siempre que me pongo a planchar, tengo que parar varias veces a hacer anotaciones. Mientras parte de mi cerebro está concentrada en hacer la raya perfecta al pantalón, el resto sigue trabajando en el texto sin que me dé cuenta.
En mi caso es la plancha, pero puede ser cualquier otra actividad. Si es monótona liberará tu mente, y si es creativa te hará sentir mejor contigo mismo y verte de manera más positiva.
7. Sueña despierto.
Puedes fantasear con una entrevista en la que cuentas de qué va tu libro, o puedes imaginarte a ti mismo viviendo de tus escritos, o sencillamente, puedes soñar despierto con el día en que escribas la palabra “Fin”.
De lo que se trata es de visualizarte a ti mismo teniendo éxito en tu empeño de escribir, y darte una “palmadita” onírica, que te recargue las baterías.
8. Lee un libro, ve una película o una obra de teatro.
Deja que tu imaginación vuele guiada por otros, la creatividad es contagiosa.
9. Pregunta a tu hijo (o a Google) cómo seguir.
Como ya os he contado, tengo un hijo de 4 años y otro de 16 meses, y pocas cosas hay tan libres de restricciones como la imaginación de un niño, así que si le pregunto a mi hijo mayor por dónde seguir una historia siempre se le ocurre algo. Sus respuestas no siempre puedo utilizarlas, pero al menos pasamos un rato divertido que me relaja.
Si no tienes niños, introduce en el buscador de Google las palabras claves de tu texto y espera a ver qué resultados te da.
10. Date permiso para escribir mal durante un rato.
Si lo que estás escribiendo es basura, sácalo fuera, que para quitarlo siempre hay tiempo.
¿Estás escribiendo una novela de época? Introduce un anacronismo y juega con él. Luego tendrás que borrarlo, pero de ahí puede surgir un nuevo derrotero por el que llevar a tus personajes.
¿Lo que escribes es un texto de no-ficción? Empieza escribiendo que estás bloqueado, que deberías estar escribiendo sobre la cría del berberecho común , pero sólo se te ocurre que están muy buenos acompañando a unas cañas o la rabia que da cuando llevan arena. Relájate, y deja que tu cerebro vaya juntando las piezas hasta que el texto tome la forma deseada.
Estos son los trucos que a mí me funcionan para superar el bloqueo. Y tú, ¿qué utilizas para desbloquearte?
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ESCUELA DE ESCRITURA CREATIVA (PRESENCIAL)
1. Usa la escritura automática.
Es uno de mis trucos favoritos, empezar a escribir palabras sin pensar en lo que escribes. Vacías la mente (aún más) y dejas que actúe. Al cabo de un rato tu cerebro, que tiene gran afición por la lógica, comienza a hilvanar pensamientos por sí solo.
En caso de que el bloqueo sea tan agudo que ni siquiera se te ocurre esa primera palabra por la que empezar, puedes acudir a las páginas de las que te hablaba en este artículo.
2. Repasa mentalmente la historia.
¿Qué querías escribir cuando empezaste? ¿Qué temas querías abordar? Muchas veces uno pierde de vista el objetivo inicial, arrastrado por la historia misma.
Frena y piensa otra vez en qué “te enamoró” de esta idea en primer lugar, y si lo que te falla es la idea inicial, piensa sobre qué te gustaría escribir de manera abstracta y escríbelo. Poco a poco irá tomando una forma más concreta.
3. No sientas escrúpulos en dejar zonas en blanco.
Si has llegado a un punto en el que no sabes cuál será la escena siguiente, no tengas reparo en dar un salto hacia adelante y continuar la historia en otro punto. Ya se te ocurrirá esa parte intermedia más adelante, o quizás descubras que en realidad se te atascaba porque era totalmente prescindible.
Y lo mismo ocurre si lo que te bloquea es la frase inicial. Empieza por el medio si hace falta, pero empieza.
Y no olvides que no todas las grandes novelas comienzan con una frase memorable.
4. Escribe otra cosa.
En mi caso me viene muy bien, si me atasco con la novela, escribir un artículo para el blog o un microrrelato, y viceversa.
Esto además no te hará sentir mal, porque no deja de ser escritura.
5. Pasea.
Cambia el escenario, toma aire fresco e intenta relajarte un rato.
Sirve lo mismo un baño de espuma o una pequeña siesta.
6. Cambia de actividad.
Siempre que me pongo a planchar, tengo que parar varias veces a hacer anotaciones. Mientras parte de mi cerebro está concentrada en hacer la raya perfecta al pantalón, el resto sigue trabajando en el texto sin que me dé cuenta.
En mi caso es la plancha, pero puede ser cualquier otra actividad. Si es monótona liberará tu mente, y si es creativa te hará sentir mejor contigo mismo y verte de manera más positiva.
7. Sueña despierto.
Puedes fantasear con una entrevista en la que cuentas de qué va tu libro, o puedes imaginarte a ti mismo viviendo de tus escritos, o sencillamente, puedes soñar despierto con el día en que escribas la palabra “Fin”.
De lo que se trata es de visualizarte a ti mismo teniendo éxito en tu empeño de escribir, y darte una “palmadita” onírica, que te recargue las baterías.
8. Lee un libro, ve una película o una obra de teatro.
Deja que tu imaginación vuele guiada por otros, la creatividad es contagiosa.
9. Pregunta a tu hijo (o a Google) cómo seguir.
Como ya os he contado, tengo un hijo de 4 años y otro de 16 meses, y pocas cosas hay tan libres de restricciones como la imaginación de un niño, así que si le pregunto a mi hijo mayor por dónde seguir una historia siempre se le ocurre algo. Sus respuestas no siempre puedo utilizarlas, pero al menos pasamos un rato divertido que me relaja.
Si no tienes niños, introduce en el buscador de Google las palabras claves de tu texto y espera a ver qué resultados te da.
10. Date permiso para escribir mal durante un rato.
Si lo que estás escribiendo es basura, sácalo fuera, que para quitarlo siempre hay tiempo.
¿Estás escribiendo una novela de época? Introduce un anacronismo y juega con él. Luego tendrás que borrarlo, pero de ahí puede surgir un nuevo derrotero por el que llevar a tus personajes.
¿Lo que escribes es un texto de no-ficción? Empieza escribiendo que estás bloqueado, que deberías estar escribiendo sobre la cría del berberecho común , pero sólo se te ocurre que están muy buenos acompañando a unas cañas o la rabia que da cuando llevan arena. Relájate, y deja que tu cerebro vaya juntando las piezas hasta que el texto tome la forma deseada.
Estos son los trucos que a mí me funcionan para superar el bloqueo. Y tú, ¿qué utilizas para desbloquearte?
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Muy buenos todos los consejos, enhorabuena por la entrada. A mí también me funciona escuchar música que transmita las emociones que quieres reflejar.
ResponderEliminarBastante buena la entrada, tomaré en cuenta todo esto cuando se me seque la creatividad o la crea perdida.
ResponderEliminarGrande!!!, me veo muy reflejado.
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